La exactitud con la que contamos algo delata la importancia que le damos. “Llevo 5 días y 8 horas sin fumar”, dirá un nuevo ex-fumador.
Los datos macroeconómicos de cada país se calculan hasta el último céntimo. Cuando se habla de los efectos de una guerra, el número de vidas humanas perdidas suele ser una aproximación bastante fiable.
Si pasamos a fijarnos en los animales que mueren cada año para el consumo humano, los números ya son más difíciles de calcular. Pero existen diversas fuentes que permiten estimar cuántas gallinas, cerdos, vacas, etc. han pasado por los mataderos.
¿Cuántos kilos han muerto…?
Sin embargo, al llegar a los animales marinos, los datos disponibles cambian radicalmente. Ya no se habla de números. Todos los registros están expresados en peso: no tantos individuos, sino tantas y tantas toneladas de pesca.
¿Te imaginas que se hablara de que en la segunda guerra mundial murieron 5 toneladas de seres humanos?
La gran mayoría de víctimas del hombre vienen del mar. Y son los grandes olvidados, casi invisibles, de la tiranía humana en este planeta.
En cierto modo, casi todos participamos de este olvido:
- Cuando pides una ensalada vegetal, todavía en muchos sitios te la traerán con atún. ¿Los atunes crecen en los corales?
- Cuando alguien se hace vegetariano, o simplemente deja de comer carne, a menudo sigue comiendo carne de peces. ¿Por qué el término carne no incluye inequívocamente el cuerpo de los animales marinos?
- Cuando denunciamos a la industria ganadera, los mismos veganos a menudo olvidamos hablar de los peces. Quizás sea más fácil generar empatía con un póster que incluya la foto de un corderito, lo entiendo. Pero también estamos aquí para cambiar las cosas, ¿no?
- Cuando hablamos del calentamiento global y la necesidad de veganizar el ecologismo, solemos obviar la aterradora consecuencia de la pesca industrial y de la piscicultura en el medio ambiente. ¿Acaso un planeta con océanos desiertos no sería una catástrofe medioambiental jamás vista en este planeta?
- No existe siquiera un concepto de “muerte menos cruel” para los peces. No es que sea un consuelo para los mamíferos y aves, desde luego, pero está claro: ¿a quién le importa si un pez se asfixia?
- A diferencia de otros animales, con los peces siempre tenemos que demostrar de nuevo que sí sienten dolor y están dotados de inteligencia y sensibilidad. ¿Cuándo superaremos la absurda creencia cartesiana de que los animales son máquinas sin alma?
- A diferencia de otros animales, con los peces siempre tenemos que demostrar de nuevo que sí sienten dolor y están dotados de inteligencia y sensibilidad. ¿Cuándo superaremos la absurda creencia cartesiana de que los animales son máquinas sin alma?
- Las víctimas del mar se cuentan en toneladas, no en vidas individuales. ¿Puede haber mayor desprecio a la vida?
Un planeta dentro de un planeta
La opinión pública sólo se interesa en la vida marina cuando descubre la toxicidad del pescado, lleno de mercurio y PCB por culpa de la contaminación. ¿Por qué se presta tan poca atención al genocidio de animales marinos, incluso entre los defensores de los animales?
Dijo Paul McCartney que si los mataderos tuvieran paredes de cristal, nadie comería carne. La matanza de peces se realiza al aire libre, pero nadie la ve.
Los océanos, que configuran el 70% de la superficie del planeta, son un mundo casi inaccesible y desconocido para la mayoría de nosotros. Aunque toda la vida animal que conocemos se originó allí, de algún modo, las profundidades del mar parecen otro planeta dentro del nuestro.
La principal consecuencia de esta inaccesibilidad a los océanos es la pesca indiscriminada.
La pesca indiscriminada
- 1 de cada 4 peces son devueltos al mar, muertos o malheridos, por no ser aptos para consumo humano o de ganado. El daño ya está hecho. Lo llaman captura accesoria.
- 1 de cada 3 será destinado a alimentar a otros animales para consumo humano, principalmente vacas (sí, las vacas del siglo XXI comen harina de pescado…) y peces en piscifactorías.
- A fin de atrapar más animales, los barcos pesqueros suelen remover las profundidades de los océanos para que los peces suban. Además de los miles de animales marinos capturados, su hábitat natural queda devastado.
- La destrucción es masiva. Los ecosistemas necesitan años en recuperarse. Pero de hecho, la industria pesquera sigue pescando indiscriminadamente hasta que ya no queda nada que pescar. ¿Y entonces? Se navega más lejos, pasando a destruir nuevas zonas del océano.
Imaginemos que unos aliens quisieran venir a la Tierra a cazar elefantes, palomas y lobos. No pueden entrar en la atmósfera y apenas pueden ver lo que pasa en nuestra superficie. Tiran redes gigantescas de varios kilómetros que atrapan todo lo que encuentran a su paso. ¿Te imaginas cuánta destrucción causarían?
Pero no hace falta irse tan lejos. Si pensamos en esos aficionados que lanzan su caña de pescar en la playa, llegamos a la misma conclusión.
Tira el anzuelo, y a ver quién pica. Quizás pique un pez que el pescador de turno se vaya a comer. O quizás sea un pez no adecuado para consumo humano, o demasiado pequeño, o simplemente no sea del gusto del señorito… Lo puede devolver al mar, herido de muerte o dejarlo que se asfixie en la arena y tirarlo a la basura.
¿A quién le importa?
Otro dato significativo: no existe ninguna ley o concepto que defina un método menos cruel para matar a un pez.
Que quede claro: hablar de un matadero con métodos “humanos” es un oximorón, una aberración y una hipocresía que debemos denunciar. Matar es un crimen, sufra la víctima más o menos, sea consciente o esté aturdido, haya sido feliz o desgraciado. Pero cuando se trata de los peces, a nadie se le ocurre siquiera hablar de una muerte menos cruel.
Y sin embargo, no hay muerte más cruel que la que sufren millones de peces cada día. Igual de cruel que sería ahogar a un ser humano, o descuartizarlo mientras se asfixia. Ni los peores criminales son condenados a una muerte tan terrible y dolorosa.
Océanos vacíos en 2048
El desastre medioambiental que acompaña la industria de la explotación animal también cobra aquí dimensiones apocalípticas. En 30 años, según la investigación del Dr. Boris Worm y otros expertos, podríamos encontrarnos con océanos muertos.
¿Te lo imaginas?
Si el calentamiento global nos da miedo, el escenario de un planeta con los océanos vacíos resulta aterrador. Ni siquiera sabemos realmente cómo esto afectaría a la vida en los continentes. Una vez más, quedamos retratados en nuestro desconocimiento y desdén al mundo submarino.
Si nosotros no hablamos de ellos, ¿entonces quién?
La gran mayoría de animales asesinados por el hombre son peces. Seres sensibles e inteligentes que matamos y ni siquiera nos dignamos en contarlos, simplemente los pesamos.
Cada vida vale igual. Cada muerte duele igual.
Pero ante la invisibilidad de ciertas víctimas, se hace necesario levantar aún más nuestra voz. Ante la masacre indiscriminada de nuestros hermanos marinos, sentimos la obligación de clamar aún más fuerte.
Por este motivo, hay que aplaudir la iniciativa de la Jornada Mundial por el Fin de la Pesca, que se celebrará el 24 de marzo en decenas de ciudades de todo el mundo. Sin olvidar que cada año aumenta el número de víctimas de la piscicultura.
Un mundo vegano será un mundo mejor. Esperemos que no llegue demasiado tarde para los millones de animales acuáticos explotados y amenazados por el especismo humano.
Thank you, Author! Cheers to you, too!
Me atraparon las primeras líneas antes de ver de qué iba el artículo; muy bueno y muy cierto.
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Y los insectos, los ácaros microscópicos por poner un ejemplo… y los anfibios… siguen muchos grandes olvidados solo hablando del mundo animal. La doctrina Jainista mira más allá de lo que mira el veganismo, que aún es antropocéntrico.